¿Qué hacer?
Naturalmente, además de plantear una serie de observaciones, la Comisión recomienda una estrategia basada en:
- Cambio en el contexto educativo (aprendizaje-formación) en el nuevo marco tecnológico y global, con sociedades diversas que hace que se necesite rediseñar los sistemas educativos que deben centrarse en los «resultados de aprendizaje», es decir, los conocimientos, las capacidades y las competencias que adquieren los estudiantes y que son necesarios en la sociedad del siglo XXI. Los sistemas educativos deben jugar un papel crucial en el desarrollo de estas habilidades.
- Mejora de las capacidades básicas de lectura y escritura y de matemáticas.
- Desarrollo o refuerzo de las competencias de emprendimiento y la capacidad de iniciativa.
- Adaptación de los métodos de evaluación para garantizar que la educación se ajuste más a las necesidades de los estudiantes y del mercado de trabajo.
- En el entorno de competencia global, avances tecnológicos e Internet, se precisa un mayor uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y los recursos educativos abiertos (REA) en todos los contextos de aprendizaje. Las escuelas, las universidades y los centros de formación profesional deben mejorar el acceso a la educación a través de estos recursos educativos abiertos y las nuevas tecnologías.
- Refuerzo de vínculos entre la educación y la empresa, facilitando la introducción de la empresa en las aulas y el acercamiento de los jóvenes al mundo del empleo, fomentando el aprendizaje en el puesto de trabajo. También se anima a los Ministros de Educación de la UE a que intensifiquen su cooperación en materia de aprendizaje en el lugar de trabajo a nivel nacional y europeo.
- Los idiomas son una dimensión clave para la modernización de la educación en Europa. Por ello se propone el establecimiento de un nuevo marco de referencia sobre el aprendizaje de idiomas: de aquí a 2020 al menos el 50 % de los jóvenes de 15 años deben conocer una primera lengua extranjera (un 42 % actualmente) y al menos el 75 % deben estudiar una segunda lengua extranjera (un 61 % actualmente).
- Buscar sistemas de educación y formación profesional de calidad mundial, aumentando los niveles y sistemas de aprendizaje en el puesto de trabajo.
- Los Estados miembros deben mejorar el reconocimiento de las cualificaciones y capacidades, incluidas las adquiridas al margen de los sistemas de educación y formación formales.
- Las necesidades de financiación deben estar orientadas a maximizar el rendimiento de las inversiones. Es necesario un debate a nivel nacional y de la UE sobre la financiación de la educación, especialmente de la formación profesional y la educación superior.
- Tanto la financiación pública como la financiación privada son necesarias para impulsar la innovación y aumentar la interacción entre el mundo académico y las empresas.
- Los profesores son clave en el éxito del sistema educativo y deben apoyar estas reformas. Los cambios que está afrontando la profesión hace que se necesiten nuevas competencias (por ejemplo las tecnológicas, dado que está cambiando la forma en la que los alumnos aprenden y debe cambiar la forma en la que los profesores enseñan) y todo ello en un contexto de reducción de los presupuestos públicos que está suponiendo una reducción en las contrataciones y en los salarios. Se necesitan profesores bien formados, motivados y emprendedores, siendo necesaria la actualización de las capacidades del profesorado, para lo cual es necesario que sigan cursos de formación con regularidad.
- También se hace referencia a la mejora de la educación profesional, que debe recibir una financiación importante, dada su especial relación con el desarrollo de habilidades profesionales; cada Estado Miembro debe analizar su situación y necesidades pero, en general, debe utilizar sistemas de formación práctica orientada al desarrollo de habilidades y competencias para el empleo (existen distintas aproximaciones, como el sistema dual alemán o austriaco que combina la formación en las aulas con la formación en el trabajo) e incrementar las posibilidades de formación a lo largo de toda la vida de los adultos.
Algunos datos sobre la situación de España
Según el informe elaborado por la Comisión, aunque España ha realizado algunos progresos desde 2008, todavía está por encima de los valores medios de la EU en abandono escolar temprano (26.5% comparado con un 13.5% de la UE en 2011) y con grandes diferencias regionales (entre el 13% y el 37%). Sin embargo la tasa de consecución de educación terciaria están en los niveles objetivo establecidos por la UE para 2020 (40.6% in 2011; 35.7% para varones y 45.9% para mujeres).
Asimismo, España tiene niveles altos de escolarización temprana (99.4% en 2010), que es importante para prevenir el abandono escolar temprano. Los resultados educativos son medios en términos de competencias básicas: pese a las últimas mejoras en los tres campos (lectura, matemáticas y ciencias), los resultados en los test PISA siguen siendo medios, aunque con diferencias regionales importantes.
La tasa de empleo de los graduados está por debajo de la media europea y está bajando en los últimos años debido a la crisis. La participación de los adultos en la formación a lo largo de toda la vida es del 10.8% frente al 8.9% en la UE en 2011). Las competencias en TIC están algo por encima de la media europea. En cuanto al emprendimiento, el 51% de la población considera que tiene las capacidades y conocimientos necesarios para crear una empresa, siendo uno de los más altos de la Unión Europea.
El gasto público en educación se ha incrementado en la última década y se está acercando a la media europea (5.01% frente al 5.41% del PIB en 2009). Uno de los retos de España, de acuerdo con el estudio, es replantearse las competencias y capacidades en el contexto educativo y adaptarlas a las necesidades actuales y futuras del mercado laboral. Para ello se necesita la implicación de toda la sociedad y, especialmente, del mundo empresarial para mejorar la cultura del aprendizaje a lo largo de toda la vida y la cultura de la innovación y la movilidad.
Según el Consejo, España está trabajando en una ley de educación para aprobar medidas que mejoren la calidad de la educación y debería trabajar en reducir el abandono escolar temprano, incrementar la participación de trabajadores mayores en procesos de re-aprendizaje y desarrollo de nuevas competencias. También reconoce que en el contexto de crisis que vive España, ésta se enfrenta al reto de mantener el gasto en educación y formación dentro del objetivo de reducción del déficit, habiendo establecido medidas conducentes a la racionalización del gasto en educación (Real Decreto Ley de 20 de abril de 2012). La clave del debate educativo en España es cómo asignar recursos humanos y financieros adecuados.
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