La palabra emprendedor está de moda; ¿a que ya te habías dado cuenta? Imposible no notarlo, cuando desde hace varios años se nos bombardea con el término desde el Gobierno, tanto el actual como el anterior. Todo el mundo parece estar empeñado en que se enseñe desde las aulas a emprender. Y por alguna razón lo de los emprendedores causa un cierto rechazo dentro de la profesión. A muchos docentes les resulta incómoda esa insistencia en la emprendeduría (ojo, la palabreja existe y ya se está empezando a utilizar).
Todo el mundo parece estar empeñado en que se enseñe desde las aulas a emprender
España es uno de los países de Europa con menos vocación de emprender, y creo que las aulas pueden contribuir un poco (no mucho, como tampoco pueden influir mucho en otras cosas) a invertir esta situación. En las aulas no se crean emprendedores, pero sí la actitud, la predisposición a montar empresas y aceptar el fracaso, si éste sucede (que sucede en la mayor parte de los casos, no lo olvidemos). No es necesario llegar a la frase del compañero que dice, crudamente, que «si no surgen emprendedores nos podemos olvidar de la jubilación», y que por tanto más nos vale fomentar el espíritu emprendedor aunque sólo sea por razones egoístas. Basta darse cuenta de que el 90% de las empresas españolas son pequeñas o medianas, que son las que aportan más del 90% del empleo, y que necesitamos más. ¿Podemos hacer algo los docentes para que la red de PYMEs, que como vemos mantiene lo que queda de la economía española… no decaiga? Volveremos sobre el tema.
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